Asamblea de la ONU.
Asamblea de la ONU.
Foto
EFE

Share:

La ONU condena la decisión de EE.UU. sobre Jerusalén pese a amenazas de Trump

La Asamblea General de Naciones Unidas aprobó una resolución que le exige abstenga de trasladar su embajada a Jerusalén.

Una clara mayoría de los países del mundo se unieron este jueves en la ONU para condenar la decisión de Estados Unidos de reconocer a Jerusalén como capital de Israel, desoyendo las amenazas del presidente estadounidense, Donald Trump.

Con 128 votos a favor, 9 en contra y 35 abstenciones, la Asamblea General de Naciones Unidas aprobó una resolución no vinculante que demanda a Washington dar marcha atrás y que se abstenga de trasladar su embajada a Jerusalén.

Aunque no sirvieron para frenar la iniciativa, las advertencias lanzadas por EE.UU. en las últimas horas se tradujeron en un puñado de apoyos y un número de abstenciones mayor del habitual en este tipo de resoluciones.

Finalmente Guatemala, Honduras, Islas Marshall, Micronesia, Nauru, Palau y Togo votaron en contra del texto, alineándose con Estados Unidos e Israel.

Países como Argentina, Australia, Canadá, Colombia, Hungría, México, Panamá, Paraguay o Polonia optaron por abstenerse, mientras que una veintena de Estados miembros no acudieron a la sesión o prefirieron no votar.

Así, la resolución obtuvo un apoyo algo más limitado que muchas otras aprobadas cada año en apoyo de Palestina, dando a entender que la presión estadounidense tuvo cierto éxito.

Sin ir más lejos, en la víspera la Asamblea General había adoptado un texto sobre la soberanía de los palestinos en los territorios ocupados, incluido Jerusalén Este, con 163 votos a favor, 6 en contra y 11 abstenciones.

El voto de hoy, sin embargo, se producía en una situación muy distinta, con Trump advirtiendo de que se iba a tomar "personalmente" la postura de cada Estado.

Las amenazas explícitas del presidente estadounidense incluían la posibilidad de cortar ayudas a los países que le diesen la espalda en esta cuestión y fueron reiteradas por su embajadora, Nikki Haley, momentos antes de la votación.

"Este día será recordado", dijo la representante estadounidense a la Asamblea General, utilizando un tono amenazador muy poco habitual en el mundo diplomático.

Haley insistió en que EE.UU. "recordará" el voto la próxima vez que un país le pida apoyo financiero o político, o cuando se le vuelva a reclamar que sea el principal contribuyente al presupuesto de Naciones Unidas.

"Estados Unidos va a situar su embajada en Jerusalén. Eso es lo que los estadounidenses quieren que hagamos. Y es la decisión correcta. Ningún voto en la ONU hará una diferencia", recalcó.

Frente al mensaje de Haley, los palestinos pidieron al mundo no ceder al "chantaje" y la "intimidación" y situarse "del lado correcto" de la historia.

"No seremos amedrentados", aseguró el ministro palestino de Exteriores, Riyad al Maliki, que denunció la decisión Trump como "ilegal" y como un ataque contra su pueblo.

Esa idea fue reiterada por varios países de mayoría musulmana, encabezados por Turquía, que junto a Yemen fue el encargado de presentar oficialmente la resolución ante la Asamblea.

"Se nos ha pedido a todos que votemos 'no' o que nos atengamos a las consecuencias. Algunos incluso han sido amenazados con cortes en la ayuda al desarrollo. Esta actitud es inaceptable", dijo el titular de Exteriores turco, Mevlut Cavusoglu.

"Esto es abuso y esta cámara no se plegará a eso. Es poco ético creer que los votos y la dignidad de los Estados miembros están en venta", dijo a Estados Unidos.

El pasado 6 de diciembre Trump reconoció Jerusalén como capital israelí, rompiendo décadas de consenso internacional, según el cual el estatus final de la ciudad debe ser acordado en un proceso de paz entre israelíes y palestinos.

La resolución de hoy reitera la doctrina de Naciones Unidas sobre Jerusalén y exige "que todos los Estados cumplan las resoluciones" del Consejo de Seguridad relativas a la ciudad.

La Asamblea General subrayó que todas las decisiones "que pretendan haber modificado el carácter, el estatuto o la composición demográfica de la Ciudad Santa de Jerusalén no tienen efecto jurídico alguno, son nulos y sin valor y deben revocarse".

"No hay dudas de que esta resolución terminará en la papelera de la historia", defendió el embajador israelí ante la ONU, Danny Danon, que cargó contra quienes respaldaron el texto.

"Son como marionetas obligadas a bailar mientras los líderes palestinos miran con regocijo", dijo.

Un texto similar había sido vetado el pasado lunes por Washington en el Consejo de Seguridad de la ONU, cuyas decisiones sí son vinculantes.

Allí ya se había evidenciado el aislamiento estadounidense, pues los otros catorce miembros había apoyado la resolución, incluidos algunos socios estrechos de Washington como el Reino Unido, Francia o Ucrania.

EFE